Por Eduardo Videla
Se trata del organismo encargado de controlar el desempeño de los distintos organismos del Estado porteño. Ocurre que cuatro de los candidatos a ocupar esos cargos son actuales legisladores, es decir que tendrán como misión auditar su propia gestión. Uno de los beneficiados con esos cargos es el actual presidente de la Legislatura, el macrista Santiago de Estrada, encargado de manejar un presupuesto del orden de los 30 millones de pesos. La Comisión de Etica de la Legislatura rechazó “in límine” las impugnaciones presentadas contra estos candidatos. Si bien hay en total quince candidatos, en la Legislatura todo indica que hay acuerdo para que la futura auditoría quedaría integrada por tres macristas, tres kirchneristas y un aliado del Jorge Telerman.
La Auditoría es un organismo colegiado, cuya misión es hacer un “control externo del sector público de la ciudad”. Sus integrantes son designados por la Legislatura.
De los siete auditores actuales, hay dos que intentan ser reelectos: la kirchnerista Josefa Prado y el lopezmurphista Juan Carlos Toso. Otros cuatro son actuales legisladores: además de De Estrada fueron postulados Sandra Bergenfeld (kirchnerista), Helio Rebot (telermanista) y Jorge San Martino (Recrear). Desde que fue creada la Auditoría, en 1999, sólo en una ocasión fue elegido un ex legislador: el radical Rubén Campos, quien ahora termina su mandato.
La designación de legisladores en el organismo de contralor fue cuestionada por la Asociación Civil Igualdad y Justicia y por el diputado Martín Hourest, quien adelantó que el lunes, en la audiencia pública, formulará severas críticas a esos nombramientos. “No puede ser que los legisladores auditen su propia gestión”, dijo el legislador a Página/12. También cuestionó a quienes se presentan a la reelección: “Desde 2004, la Auditoría no presenta los informes anuales sobre recaudación y gastos”, dijo. Y objetó el crecimiento de la planta de personal y el “vaciamiento de profesionales de ciencias económicas”.
Rebot –quien integró la lista de Telerman pero no alcanzó a ser electo– defendió su postulación al considerar que “la única incompatibilidad es la de ejercicio”, es decir, ocupar los dos cargos al mismo tiempo. En efecto, si son electos auditores, los diputados deben renunciar para asumir, con lo cual serán reemplazados por un suplente.