Son 1.500 familias. No les permiten realizar reformas en las viviendas que ocupan actualmente.Quieren que les digan cómo serán las nuevas casas que habitarán, en tres años, en Dock Sud.
Por Jazmín Bullorini
A pesar de que las decisiones están tomadas, el problema sigue en pie. La relocalización de Villa Inflamable es una obligación que la Municipalidad de Avellaneda debe cumplir en el marco del plan de saneamiento del Riachuelo impuesto por la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR). Hace pocas semanas, la Provincia cedió un terreno en Dock Sud, para trasladar ahí a las más de 1.500 familias. La Comuna anunció que en tres años se iba a completar la mudanza, ya que previamente deben construir las casas. Pero los vecinos protestan: dicen que les están expropiando viviendas, que no les dejan ingresar materiales para hacer arreglos y que desconocen cuál es su futuro. Y piden que haya diálogo.
“Están decidiendo sobre nuestras vidas y nosotros somos los últimos en enterarnos. Estamos dispuestos a conversar, pero queremos que se arme una mesa de trabajo con representantes de distintos sectores y que escuchen nuestras necesidades e inquietudes”, asegura Alejandro Martín Alvarez, secretario de la comisión del barrio.
Según explican los habitantes, se enteraron de que iban a ser relocalizados en 2011 cuando les empezaron a prohibir ingresar materiales al barrio, situación que empeoró sus condiciones de vida. “Es una medida que tomaron para evitar que las familias sigan construyendo nuevas casas, pero la realidad es que esos elementos son necesarios para arreglar techos o paredes precarias”, indica Luciana Bercovich, coordinadora en la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que está acompañando a los vecinos, que en marzo iniciaron un recurso de amparo ante la justicia.
“Acá hay familias desde hace más de 80 años, cuando todavía no estaban instaladas tantas empresas contaminantes. Esto era un pantano que los habitantes rellenaron sin ayuda. No invadimos el lugar ni somos marginales sin oficio. Somos conscientes de que es necesario mudarnos, pero antes de eso necesitamos respuestas: ¿Por qué expropian casas sin aviso? ¿Cómo son las viviendas que pretenden entregarnos y cuánto nos van a costar?”, cuestiona Alvarez.
Otro de los miedos es a las peleas cuando se muden con los vecinos de Dock Sud debido al enfrentamiento que existe entre ambos barrios desde hace años.