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Educación privada: los subsidios que pagamos entre todos

Más de la mitad de los colegios privados tienen ayuda estatal. Este año 2.837 millones de pesos. Casi quince veces más de lo que irá a infraestructura para los públicos.

Por Alejandro Canepa

¿Qué comparten entre sí el Colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en Las Cañitas, el Guadalupe, de Palermo, con la ORT, que tiene sedes en Núñez y en Almagro, o con el Instituto Summa, de Caballito? Que todos son establecimientos de enseñanza privados que reciben subsidios del gobierno porteño aunque ninguno cobre cuotas baratas. Este año, según el Presupuesto 2015 de la Ciudad, se destinarán 2.837 millones de pesos de los fondos públicos a las arcas de estas empresas educativas. Diario Z relevó el panorama actual de las transferencias al sector privado educativo.

Emilia Mamberti es la coordinadora del Área de Derechos Sociales, Económicas y Culturales de la Asociación Civil por la Igualdad y Justicia (ACIJ), una organización no gubernamental que tiene un trabajo continuado sobre las políticas educativas porteñas. Ella indica: “A grandes rasgos, en un presupuesto estándar de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 80 por ciento se destina a sueldos y un 16 por ciento a subsidios a la educación privada. La parte destinada a infraestructura escolar alcanza a un 1,1 por ciento. Y lo que se destina a subsidios a colegios privados se ejecuta en un 100 por ciento, lo que no sucede en otras áreas del Presupuesto“.

El porcentaje de las finanzas públicas que se decide destinar a esos establecimientos todos los meses se contrapone con el déficit de escuelas y mejoras edilicias, sobre todo en las zonas del sur. En ese sentido, la ACIJ, en un informe que desmenuza el Presupuesto porteño 2015, centrándose en la parte destinada a Educación, señala que los gastos previstos en infraestructura escolar para este año no contemplan crear ninguna escuela nueva en los distritos más afectados por la falta de vacantes. El informe completo se puede leer en http://acij.org.ar/blog/2015/03/16/aumento-la-inequidad-educativa-en-la-ciudad.

Apuntes de historia Las ayudas estatales a la educación privada comenzaron a darse, por ley nacional, en 1947, por iniciativa del primer gobierno de Juan Domingo Perón. La idea era subsidiar a los colegios que se instalaran en las zonas en las que el Estado no tenía escuelas. Con el correr de las décadas, los fondos no solamente fueron en ascenso, sino que además comenzaron a alimentar las cuentas de colegios con cuotas altas y de barrios de poder adquisitivo elevado.

“Los subsidios estatales a la educación privada de todo el país se transfirieron en los 90 como parte del proceso de transferencia de responsabilidades de la Nación a las provincias. El actual Gobierno de la Ciudad mantuvo esos subsidios a la educación privada, que se han distribuido con criterios no muy claros en cuanto a la asignación de recursos”, dice Miriam Feldfeber, profesora titular de Política Educativa en las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales de la UBA. “La ley establece que los subsidios son inversamente proporcionales a las cuotas que cobran los colegios, pero sabemos que muchas escuelas para sectores medios y altos reciben subsidios”, agrega.

Esas partidas se destinan a pagar sueldos docentes y en teoría se determinan en función del monto de la cuota que cobran los colegios. Así, un establecimiento con un arancel bajo pide un subsidio más alto que el que tiene uno caro. Sin embargo, muchos colegios cobran a los padres rubros como “materiales didácticos” o “talleres”, que no se computan dentro de la cuota, para que ésta quede como el único monto que pagan los alumnos y así justificar el pedido de subsidios.

Del total del Presupuesto de la Ciudad, el porcentaje destinado a Educación, en este 2015, representa un 20,5 por ciento del total. En 2007, Educación se llevaba el 30 por ciento. La docente Laura Marrone, legisladora electa por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), asegura: “La ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción que menos esfuerzo presupuestario realiza: el promedio nacional de inversión en Educación es del 31, 5 por ciento”.

Según los datos que figuran en la web de la Dirección General de Educación de Gestión Privada (DIGEP), el Gobierno subsidia mensualmente 789 establecimientos educativos privados, un 53 por ciento del total, y que cuentan con una matrícula aproximada de 360 mil alumnos. “La educación en la ciudad es la más privatizada del país. En 2013, ya un 50, 6 por ciento de la matrícula pertenecía a la educación privada”, recalca Marrone.

Subsidiando al capital El universo de establecimientos educativos privados porteños es muy grande y diverso. Hay muchos colegios dependientes de la Iglesia católica, otros laicos, los hay relacionados con la comunidades judía, armenia y árabe. Algunos están en barrios populares y cobran cuotas muy baratas, otros no tanto. Por eso mismo, a la madeja de subsidios hay que analizarla en detalle.

Por ejemplo, en el Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, de Las Cañitas, un colegio enorme ubicado sobre la avenida Luis María Campos, cerca del Hospital Militar y del shopping de la zona, la cuota para un alumno de secundario es, en 2015, de 4.300 pesos. ¿Qué argumento puede justificar que reciba subsidios del Estado porteño? Los últimos datos informados por las autoridades, según la ACIJ, son de abril de 2013: ese mes las Esclavas había recibido casi 100 mil pesos.

Un monto algo menor recibió ese mes el Instituto Mekhitarista, vinculado a la comunidad armenia y ubicado en la adoquinada calle Virrey del Pino, en diagonal con la sede del Belgrano Athletic Club y a metros de la Embajada de Japón. La cuota del Instituto es de 4.500 pesos, para el nivel medio. “Hemos hecho pedidos de informes para saber cómo se asignan los subsidios y no se dan respuestas certeras. Hay casos en que son claros los motivos, cuando son colegios con cuotas muy bajas, pero no compartimos que los subsidios vayan a colegios con cuotas caras. No pudimos encontrar criterios transparentes de asignación”, remarca

Mamberti, de ACIJ. La ORT sorprende por la ayuda oficial que recibe: más de dos millones de pesos, según los datos de hace dos años.

Desde el Ministerio de Educación porteño no respondieron a las consultas de este medio.

Diario Z