Prensa09.11.08
ACIJ / PrensaCuestionan a Scioli porque dijo que las villas son aguantaderos
09/11/08
“La tarea de prevención se debe llevar adelante en todas las áreas. Hay lugares que, por sus condiciones urbanísticas, se prestan más a que el delito los use como aguantaderos. Pero me parece que en ese caso hay que trabajar en la urbanización y no plantear cuestiones sobre dónde están en mayor o menor medida aguantando a los delincuentes, sino perseguirlos”, dijo Massa, que apenas un día antes había compartido con Scioli un acto de entrega de patrulleros.
Las palabras del gobernador habían retumbado con fuerza. “Las villas son como aguantaderos, lugares de alta peligrosidad, porque (los ladrones) salen a robar y vuelven al lugar. En muchos casos no hay que generalizar, porque allí vive también gente que, por una razón u otra, no tiene la casa que quisiera”, había declarado Scioli.
Así había sumado una polémica más a las que se abrieron en los últimos quince días sobre la edad de imputabilidad, el aumento de penas y el rol de los jueces que permiten a los presos salir en libertad condicional y obtener prisión domiciliaria.
No sólo Massa salió a responderle. “Scioli habla del problema de la inseguridad y la verdad es que quienes más sufren esta inseguridad son los habitantes de las villas, porque allí hay una total ausencia del Estado”, le dijo a Clarín Luciana Bercovich, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.
“Los funcionarios responsables de implementar políticas de Estados son los responsables de la seguridad. Tiene que hacer su trabajo en lugar de mostrar un discurso tan estigmatizante. A las villas hay que urbanizarlas e integrarlas”, agregó Bercovich, coordinadora del programa “Redes de trabajo en Villas Urbanas” de la Asociación.
Al sociólogo Alberto Morlachetti, de la Fundación “Pelota de Trapo”, también lo indignaron las declaraciones de Scioli. “Las personas realmente peligrosas para este país no viven en la villa. Hoy el paco es un problema muy grave, pero los chicos que lo consumen no lo fabrican y los que se lo ponen en la mano tampoco son de la villa”.
“A las villas van a parar las personas que migran, que no tienen vivienda y están forzadas a estar en lugares no habitables”, agregó. “No es cuestión de abrir calles. Que abran todas las que quieran, pero la verdadera cuestión es que la gente no tendría que estar allí porque toda persona tiene derecho a una vivienda digna”.
Desde Red Solidaria, Juan Carr aportó otro enfoque: “Yo conozco la Argentina y puedo asegurar que la proporción de honestos y deshonestos es homogénea. La mayoría es gente honesta y hay unos pocos que no, pero que se mueven más que los honestos. Y esto pasa tanto en la villa como en el country”.
Clarín