Las empresas que transportan pasajeros, los talleres que habilitan los vehículos, prestadores médicos que avalan las licencias profesionales, automotrices y publicistas, son sólo algunos de los actores que pueden colaborar en la disminución de las cifras de siniestros en rutas y calles. Eduardo Mondino, defensor del Pueblo de la Nación, es claro al respecto: “Las automotrices deben fabricar autos cada vez más seguros y promover el valor seguridad del automóvil en lugar del valor velocidad.” Además, consideró, empresas como bares y discos también pueden involucrarse a través de acciones a favor del conductor libre de alcohol.
Tu ruta es mi ruta
Una de las decisiones más importantes que dependen del sector privado es la de reprogramar la circulación de los transportes públicos en todo el país, ampliando el tiempo de salida y llegada de las unidades para que circulen más despacio. Además, las empresas concesionarias de los corredores viales y ferroviarios deben suministrar a los ciudadanos vías de circulación, intersecciones y cruces peatonales seguros. Pero esto no cambiará si el Estado no controla el cumplimiento de las obligaciones empresarias y aplica sanciones cuando corresponda. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) parece estar en una crisis profunda desde hace varios años: “La Auditoría General de la Nación relevó su rol de fiscalizador y concluyó que el organismo está trabajando de forma deficiente. Está intervenido desde el año 2001 y a veces no tienen un directivo con experiencia comprobada en transporte, por lo tanto, la prometida reestructuración institucional nunca se concretó”, afirmó la abogada Verónica Tarzia, coordinadora del Programa de Servicios Públicos de Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Además cuestionó la falta de acceso a la información pública y la ausencia de encuestas entre los usuarios, herramientas que consideró fundamentales para conocer la calidad del servicio de las empresas. El informe de la AGN, difundido en mayo de este año, es lapidario. Entre otros cuestionamientos, sostiene que los controles de los talleres de revisión técnica “no son objetivos y carecen de la exactitud para garantizar seguridad en la habilitación de los vehículos”, y que éstos no recibieron las sanciones por incumplimiento, según establece la normativa vigente. Además, asegura que “la CNRT emitió licencias para conductores de transporte de pasajeros a partir de exámenes psicofísicos efectuados por unidades prestacionales no habilitadas para esa categoría”.
El discurso mediático
Ricardo Darín conquista a una bella mujer en un auto que supera el límite de velocidad, un adolescente persigue a una chica y cruza una avenida por la mitad de la cuadra, un hombre intenta recuperar una heladera que “huyó” de su casa sin prestar atención al semáforo. Estas son sólo algunas de las escenas que se emiten cotidianamente por televisión, en las que se cometen las llamadas “microviolaciones” de las normas de tránsito. Son elementos pequeños, pero mejorar el comportamiento vial de los argentinos requiere de paciencia y ejemplos. Jorge Castrillón, presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad, consideró que el problema muchas veces excede a la publicidad: “¿Por qué se permite la fabricación de vehículos que superan los 180 kilómetros por hora cuando se sabe que exceden los límites de velocidad permitidos? Hay una concepción errónea desde el producto, diseñado en contra de la ley”. El Consejo Argentino de Autorregulación Publicitaria (CONARP), integrado por la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad y la Cámara de Anunciantes, no tiene poder de policía, pero recibe denuncias del público, de ONGs y de empresas sobre los mensajes publicitarios y si evalúa que no son éticos, realiza recomendaciones que pueden culminar con el retiro de circulación del comercial cuestionado. Castrillón reconoció que existen otros caminos creativos disponibles que permiten comunicar similares conceptos sin necesidad de recurrir a elementos que transgreden normas. “Nuestros socios y los estudiantes de publicidad cuentan con un Código de Etica que tiene como uno de sus principios no comunicar hechos que estén fuera de la ley”, explicó. Para el caso de los vehículos, consideró que cada marca tiene un valor que desea destacar: “No transmiten la idea de rendimiento sino de velocidad. Sus publicidades no venden autos, sino que crean imaginarios sobre lo que a la gente le gustaría tener, productos que te impulsan a ir más rápido”, agregó Castrillón.
Qué dicen los empresarios
“La Cámara Empresaria de Larga Distancia agrupa a muchas de las principales empresas del sector y desde hace largo tiempo estamos pidiendo a las empresas asociadas un compromiso cada vez mayor con la seguridad tanto de los pasajeros y los choferes como de la población en general”, dijo Daniel Orciani, gerente general de la entidad. “El respeto por las velocidades máximas es una obligación irrenunciable y desde el punto de vista de la competencia entre las empresas, de nada les serviría reducir el tiempo del viaje, a costa de la seguridad de sus pasajeros”, agregó. Con respecto a los controles, si bien son procedimientos internos de cada empresa, una de las medidas en las que está trabajando la Cámara es la creación de un registro diario de cada ómnibus de cada empresa con la velocidad promedio que recorrió entre los puestos de peaje consecutivos y que esos datos sean públicos.
Si bien Orciani reconoció que los conductores de transportes de pasajeros de larga distancia no tienen obligación de recibir una capacitación específica, “más de 6.000 profesionales recibieron distintos niveles de capacitación, porque esto marca la conciencia empresaria de valoración de la profesionalización de sus conductores”.
Proyecto de ley
Según las estadísticas, en la mayoría de los siniestros viales los protagonistas son menores de 35 años, en coincidencia con el segmento etario al que están dirigidas la mayoría de las publicidades. En ese marco, el diputado porteño Fernando Cantero presentó un proyecto de ley que prohíbe la difusión de imágenes por televisión abierta o por cable de publicidades en las que se advierta la violación de una norma de tránsito expresada como un hecho positivo, o que induzcan a realizar acciones riesgosas relacionadas con el tránsito. Según el legislador, “la publicidad ya no hace referencia al campo de la fantasía, los medios de comunicación crean un nuevo sentido común, la fuerza de la pantalla en cada hogar es muchísima, por eso el Estado debe tomar intervención”.
En síntesis, los actores ya mencionados podrían volverse firmantes fundamentales de un acuerdo social que apueste a la misma meta: mejorar la calidad de vida de las personas y reducir el alarmante número de accidentes viales, que aumenta cada día en las calles y rutas argentinas.
Cifras
La inseguridad vial es la primera causa de muerte en menores de 35 años y la tercera sobre la totalidad de los argentinos. El 90% de los accidentes se produce a causa del factor humano. Durante el primer trimestre de 2007, la mortalidad creció un 6,7% respecto del año pasado.
Claves
-Para revertir el problema de la inseguridad vial, es necesario que tanto el sector privado como público trabajen en conjunto.
-Las empresas concesionarias de los corredores viales y las que se dedican a transportes de pasajeros deben ser correctamente controladas y sancionadas si no cumplen con sus obligaciones.
-El discurso mediático, en particular la publicidad televisiva, tiene gran incidencia, y desde sus contenidos se puede educar para crear mayor conciencia.