Se sumaron a la reunión de comisión de hoy en el Senado organizaciones cercanas al Gobierno que piden cambios
Por Rubén Rabanal
El kirchnerismo del Senado reabrió el debate de la ley que limita las cautelares contra el Estado (proyecto integrante del paquete de reforma judicial) para escuchar la opinión crítica del CELS, que se había expresado en medios y terminó desatando una nueva discusión de esa idea de la Casa Rosada que suma ya cuestionamientos tanto en la oposición como en la interna del kirchnerismo. Ante la imposibilidad de aprobar el proyecto tal y como fue dictaminado, se anunció al mismo tiempo que se aceptarían modificaciones en la discusión en el recinto. Quedó así clara la resistencia hasta de aliados kirchneristas a limitar las cautelares por esta vía que restringe una de las principales herramientas del sistema jurídico argentino para proteger los derechos de particulares, en este caso contra los posibles abusos del Estado. Habrá hoy, entonces, un desfile en el Senado de organizaciones en todos los casos aliadas o búnkeres del oficialismo, que pasarán para proponer proyectos alternativos a la limitación oficial de las cautelares. Y a ellos se les sumará Julio Alak, que por tercera vez irá a esa cámara a hablar de este tema y de nuevo para auditorio amigo.
En los hechos, es una de las derrotas más contundentes para el Congreso como institución desde que se tenga memoria. Los hechos son elocuentes: el Senado avanzó sin reparar en costos con los dictámenes de los tres proyectos que le tocó en suerte para comenzar con la reforma judicial: la creación de nuevas cámaras de casación (que también trepa en el ranking de los proyectos de esta reforma más cuestionados) , la reforma al Consejo de la Magistratura para que los consejeros sean elegidos dentro de las listas de cada partido (por ejemplo, los hombres que deben decidir sobre el futuro de jueces, su remoción o permanencia irán a elecciones en listas codo a codo con concejales de La Matanza o San Isidro y todos colgados del candidato presidencial de cada partido) y la limitación a las cautelares que permite que éstas sean trabadas contra el Estado sólo cuando “se encuentre comprometida directamente la vida o la salud de la persona o un derecho de naturaleza alimentaria”. Temas patrimoniales, como siempre pueden ser compensados, según se explicó, quedan fuera de protección.
El Senado dictaminó estos proyectos sin otros invitados que el ministro de Justicia y su secretario del área, Julián Álvarez. A ese plenario de comisiones sólo concurrió una opositora, la salteña Sonia Escudero (de buen diálogo con todos los bloques en los últimos tiempos) que llevó como invitado a un jurista que no puso reparos en los proyectos. De hecho Escudero se llevó de esa reunión la aceptación para una modificación que no tiene que ver con la espinosa cuestión de las cautelares.
Con el capítulo cerrado, los proyectos despachados y con fecha esta semana en el recinto, los senadores kirchneristas se fueron de ese plenario con la tranquilidad de estar cumpliendo el pedido de la Casa Rosada, pero en pocos casos con real convencimiento sobre lo que estaban haciendo.
Al día siguiente bastó una nota de Horacio Verbitsky , presidente del CELS, para que el debate estallara. Rápido, casi en pánico, los senadores organizaron otra reunión para hoy a la que pidieron sumarse Justicia Legítima (la usina kirchnerista dentro del Poder Judicial), la Asociación por los Derechos Civiles, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia y FORES. El peronismo anunció que se aceptarían cambios y a las apuradas se organizó otro plenario. Sólo bastó que el CELS hablara de la “dudosa constitucionalidad” de la limitación a las cautelares.
Todo sucedió, además, cuando el debate había sido cerrado sin haber escuchado a una sola voz de peso del sistema jurídico argentino y mucho menos representantes de los estamentos judiciales que tampoco hoy estarán habilitados para hablar.