Por carencias edilicias y falta de colegios se reducen las vacantes tanto en escuelas públicas como en privadas. Entre 2002 y 2006 la subejecución del presupuesto para infraestructura fue del 32,3%. Se deberían construir 20 escuelas para satisfacer la demanda. El 46% de los estudiantes concurren a establecimientos privados, que cuentan con 1.253 edificios, contra 802 públicos.
Por Maria Sol Rivero
A esta altura del año, para los padres con hijos en edad escolar, la inscripción suele convertirse en un dilema. Y no sólo porque deban decidir a qué colegio mandarlos (si privado o público, jornada simple o completa, cerca o lejos de casa). Tienen una cuestión aún más elemental que resolver: conseguir vacantes.
En marzo de 2007, unos 8 mil chicos de entre 45 días y 5 años y 800 de entre 6 y 12 quedaron sin lugar o en lista de espera en las escuelas públicas de su barrio y terminaron siendo derivados a otras más alejadas. El año que viene se espera que el problema persista, ya que, según las proyecciones oficiales, la matrícula escolar de la Ciudad se incrementará en 3.486 alumnos, entre el nivel inicial y primario, y no se construyeron nuevos edificios.
“No se construyeron las escuelas que hacían falta, en función del crecimiento de la matrícula. La proyección que hicimos hasta 2010 indica que la población en edad escolar, de 5 a 14 años, seguirá aumentando en la zona sur y se mantendrá o incluso va a decrecer en algunos barrios del norte. Está muy claro que hacen falta más edificios para que no se incremente el número de chicos que quedan sin vacantes”, sostuvo Gustavo Lesbegueris, defensor adjunto de la Ciudad de Buenos Aires.
En el nivel medio, probablemente la situación esté atenuada, porque se redujo la cantidad de alumnos, coincidentemente con la disminución de la población de ese grupo etario en los últimos años.
Según las estimaciones de la Defensoría, harían falta alrededor de 20 nuevas escuelas para absorber la demanda educativa actual. Y aunque el presupuesto existe y hasta media un reciente fallo judicial que obliga al Gobierno porteño a implementar un plan de obras que, antes de 2010, asegure el acceso a la educación de todos los niños en edad escolar, no se construyeron más que 6 establecimientos en las últimas gestiones.
En la causa, iniciada por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, se comprobó que la subejecución del presupuesto para infraestructura escolar fue de 32,3 por ciento, entre 2002 y 2006. En ese mismo período, los alumnos excedentes del ciclo inicial se incrementaron en un 37,7 por ciento. “Es evidente que el Gobierno de la Ciudad no arbitró las medidas necesarias para remediar la falta de vacantes, lo que es especialmente grave si se considera que tenía los fondos disponibles para hacerlo y no los utilizó”, dice la ACIJ.
Desde el Ministerio de Educación porteño prefieren hablar de derivaciones, antes que de falta de vacantes. En su presentación ante la Legislatura, Mariano Narodowski reconoció la superpoblación de aulas por la falta de establecimientos en los distritos del sur. Sin embargo, según la Defensoría del Pueblo, habrá una reducción del 25 por ciento en el presupuesto asignado a construcciones para 2008.
Para contener la demanda educativa estatal de alrededor de 292 mil chicos, el Gobierno de la Ciudad tiene 802 escuelas, mientras que el sector privado cuenta con 1.253, para un número inferior de inscriptos. La educación pública es más requerida en los barrios del suroeste de la Capital, en donde hay superpoblación de alumnos (38 chicos por aula, frente a 10 ó 15 en algunos establecimientos de otras zonas). A la vez, el Estado porteño subsidia mayor cantidad de colegios privados en la región norte de la ciudad y tiene allí más establecimientos de jornada completa.
“Con las condiciones actuales de gestión, no sólo se espera que el problema de falta de vacantes persita, sino que puede agravarse ya que la nueva normativa establece la obligatoriedad del nivel inicial y secundario. Además, cada vez hay más mujeres que trabajan y que requieren escuelas de jornada completa y jardines maternales y de infantes”, explicó Marcelo Godoy, legislador de PRO, integrante de la Comisión de Educación de la Legislatura porteña.
La solución que dio el Gobierno de la Ciudad para saldar la escasez de lugares fue la derivación de chicos a escuelas de otros distritos (esto es, fuera del radio de 10 cuadras de sus casas) y la instalación de “aulas containers”, estructuras de chapa y madera prensada, en los barrios de emergencia.
“El reglamento escolar establece el derecho a solicitar vacantes en establecimientos del barrio. Esa normativa no es garantizada desde 2001. A los chicos reubicados, no se les hizo un seguimiento pedagógico y ni siquiera se les aseguró un transporte para que no viajaran solos o los tuvieran que acompañar sus padres. Muchos empezaron las clases después de tiempo y otros, por la dificultad de traslado, perdieron el año”, reveló Lesbegueris.