Prensa12.10.22
ACIJ / Prensa“Tomás llora y ya no quiere ir a la escuela”: el Colegio Magno de Pilar le negó, junto a otros siete chicos con discapacidad, seguir en la escuela
12/10/22
Tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad; como las demás familias recibió un mail de la escuela en donde le niegan la rematriculación para 2023; ayer la Provincia intimó a la institución a que revoquen la decisión dentro de las 48 horas; la comunidad educativa convocó para mañana a una abrazo a la escuela.
Por Teresa Sofía Buscaglia
Pablo Basz es papá de Emanuel, que tiene síndrome de Hunter, una enfermedad que le produce discapacidad física y mental. Toda la familia acompaña a Manu en su proceso de crecimiento y la escuela que lo recibió hace cinco años con un proyecto inclusivo, hoy le cierra las puertas. Es muy querido por sus compañeros y por toda la comunidad de padres y docentes. Sus padres pidieron una reunión y los recibió Boix Mansilla, quien, según reconstruye Pablo, les dijo que él es el dueño, es quien decide y que quiere que la escuela eleve sus estándares académicos y se distinga por su excelencia.
“Sin ningún miramiento, el dueño del colegio nos dijo: ‘Su hijo baja la vara del colegio’. Además, agregó que nadie lo contrataría en el futuro y que él manejaba la escuela como quería, porque era su empresa, desconociendo todo el marco legal al que debe ajustarse una institución educativa”, explica Pablo. A diferencia de la familia Garrido, él y su familia no quieren irse de la institución. Quieren luchar para que vuelva a ser la escuela que los recibió hace cinco años y que todo esto sea reconocido como un error.
En reiteradas ocasiones y por distintas vías, LA NACION intentó comunicarse con las autoridades del Colegio Magno pero no obtuvo ninguna respuesta.
El enfoque de educación inclusiva que el marco legal argentino sostiene habla de que todas las personas deben educarse juntas, en los mismos espacios, y que sean provistas de los apoyos y ajustes que cada una necesita. El enfoque inclusivo es un estadío superador al de integración, porque no busca que el alumno se integre a la institución sino que las escuelas modifiquen sus prácticas y estrategias de enseñanza para garantizar un aprendizaje equitativo y participativo. En el libro “Educación y Discapacidad”, la abogada y especialista en educación inclusiva María José Adrogué, sostiene que “el sistema educativo en su conjunto y no una escuela ha de ser la unidad de cambio” y que “el niño no es un ser meramente intelectual o funcional, sino un todo y también así se concibe a la escuela”.
Mañana, jueves 13 de octubre, a la mañana los padres dejarán a sus hijos en la escuela y abrazarán el edificio para que esta decisión que les cambió la vida a todas las familias se revoque, lo mismo que exige el Ministerio.
Luciana es mamá del colegio desde hace tres años. Llegó a él porque buscaba esa mirada universal que lo distinguía de muchos otros colegios de Pilar. “Hay muchas escuelas que discriminan las discapacidades, pero no lo dicen”, aclara. Tiene dos hijos en ambos niveles, donde también se nota el desorden emocional que provocó la idea de que sus amigos y compañeros de aula no estarían más el año próximo por decisión del dueño. Todo lo enseñado hasta ahora se trastoca en sus cabezas y no pueden entenderlo. “Hasta el 30 de septiembre, éramos un colegio inclusivo y yo espero que lo siga siendo, en la medida que se revoque esta decisión. Nunca hubo un caso de discriminación en la escuela. Mi hijo se quiere ir pero le estoy enseñando que, para que las cosas cambien, hay que pelearlas desde adentro”, dice.
Las familias de Manu y de Tomás son las voces de todos los demás. Están tan aturdidos y abrumados como ellos. La decisión les resulta contradictoria, inentendible y muy alejada del modelo pedagógico que habían elegido. “No hay nada peor que ver que a tu hijo le están haciendo algo doloroso e injusto y sentir que no podés hacer nada para evitarlo”, dice Ignacio, papá de Tomás, y quien en su infancia también tuvo TDAH y fue tratado por ello. “Lo entiendo mejor que nadie, por eso, por más que reviertan la decisión, no es más el lugar donde quiero que mis hijos se eduquen”, agrega.