ACIJ / Prensa

Pobreza y educación

Una asociación civil denunció por discriminación al Estado porteño porque brinda mejores posibilidades educativas en distritos del norte y el centro de la ciudad.

Por Eduardo Videla

En la Ciudad de Buenos Aires, las escuelas públicas de jornada completa –aquellas en las que los alumnos desarrollan su actividad escolar en doble turno– están distribuidas en todo el territorio porteño. Pero esa distribución no siempre obedece a criterios de necesidad e, incluso, puede llegar a ser discriminatoria, según concluye un estudio de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).

De acuerdo con esa organización, los más bajos porcentajes de alumnos beneficiados con la jornada completa se ubican en tres distritos escolares de la zona sur de la ciudad, que comprenden los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati, Nueva Pompeya, el Bajo Flores, Barracas y parte de Parque Patricios. Por el contrario, donde más posibilidades tienen de asistir a escuelas públicas en doble turno es en distritos del centro-norte: Villa Urquiza, Paternal, Chacarita, Belgrano, Núñez, Saavedra, Recoleta, Almagro y Palermo. Sobre la base de este informe, la ACIJ interpuso un recurso de amparo colectivo en junio último, con el fin de que “se condene al Gobierno de la Ciudad en su práctica discriminatoria hacia los niños y niñas de los Distritos Escolares 5, 19 y 21”, los más desfavorecidos, y a “recomponer los efectos de esa práctica mediante la creación de nuevas escuelas de nivel primario en la modalidad jornada completa”.

De acuerdo con el informe de ACIJ, dentro del nivel primario, en el sistema educativo de gestión estatal existen principalmente dos modalidades vinculadas con el tiempo de dedicación que reciben los alumnos, la jornada simple y la jornada completa, que se distribuyen en la ciudad “más por influencia de factores ajenos a la escuela que por planificación desde las áreas correspondientes del Ministerio de Educación”.

Las escuelas de jornada simple imparten clases aproximadamente durante cuatro horas diarias: de 8 a 12.15 o de 12.45 a 17. En las de jornada completa, por lo general, el horario se extiende desde las 8 hasta las 16 o 17, incluyendo el horario de comedor en la escuela. Si se descuenta este tiempo, sostiene el informe, las escuelas de doble turno ofrecen “casi un 75 por ciento más de tiempo de clases que las de jornada simple”, lo que representa más cantidad de actividades pedagógicas o recreativas. Además, el mayor tiempo de interacción con otras personas “permite a alumnos mejores procesos de socialización que impactan en su desarrollo”. Y posibilita a los padres de esos niños “trabajar más tiempo para tener una mejor calidad de vida”. La demanda de la ACIJ fue acompañada por dictámenes técnicos de dos especialistas con trayectoria académica, Silvina Gvitz y Héctor Pastorino.

Al cruzar los datos de niños y niñas que asisten a escuelas de jornada completa con los distritos escolares de la ciudad, el informe revela que los menores porcentajes de alumnos beneficiados se dan en los distritos 21 (Lugano y Soldati), con el 22 por ciento; en el 5 (Barracas, Parque Patricios, Pompeya), con el 31 por ciento, y en el 19 (Soldati, Pompeya y Bajo Flores), con el 33 por ciento.

“Es decir que los niños y niñas de esos distritos tienen considerablemente menos posibilidades de asistir a escuelas primarias de jornada completa que otros, especialmente en los distritos 14, el 15 y el 2”, sostiene el informe. En el 14, que comprende los barrios de La Paternal, Chacarita, Villa Ortúzar y Agronomía, se registra el porcentaje más alto: el 73 por ciento de los niños asisten a escuelas de jornada completa. En el 15 (Villa Urquiza y Saavedra) lo puede hacer el 63 por ciento.

El estudio también cruza estos datos con los del Indec, para determinar qué ocurre en los distritos escolares con mayor cantidad de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI). En orden decreciente, se ubican el distrito 19 (23,2 por ciento de la población con NBI); el 4 (21,7); el 5 (21,1); el 3 (18,6) y el 21 (16,5). Es decir que “los tres distritos menos favorecidos en la proporción de alumnos en jornada completa, que no pueden obtener una educación de mejor calidad con un horario extendido, se encuentran entre los cinco distritos de peor condición socioeconómica de la ciudad: los niños pobres reciben una educación más pobre”, concluye el informe.

En estos datos se basa la ACIJ para sostener que la carencia de vacantes en jornada completa en esos distritos constituye una “práctica discriminatoria” por parte del Estado “en razón de la condición socioeconómica” de los chicos, que obedece a “la omisión injustificada del Gobierno de la Ciudad de construir escuelas en los distritos 5, 19 y 21, contando con los recursos necesarios para hacerlo”. Esto es así ya que, según el informe, entre 2005 y 2010, el 45,22 por ciento del presupuesto destinado a infraestructura escolar no fue ejecutado. Como se ve, los números comprenden a la gestión macrista pero también a las anteriores.

 
Página 12