La Justicia porteña ordenó a la Ciudad que resuelva el tendido irregular de la red, para evitar accidentes. El gobierno dice que licitó la obra sólo para una manzana, pero viene apelando sistemáticamente la medida judicial.
Por María Julieta Rumi
Los problemas de electricidad de las villas 21-24 y Zavaleta, en el barrio de Barracas, son crónicos, pero se agravaron durante los últimos días, con el frío y el mayor uso de calefactores: en los últimos días se registraron un incendio y de dos a tres cortes de luz diarios. Ante un recurso de amparo presentado por los vecinos, la Justicia porteña ordenó en 2012 al Gobierno de la Ciudad que resuelva el problema reemplazando el tendido precario de la red y elimine así el riesgo eléctrico que amenaza al barrio. Pero el Ejecutivo –denuncian los vecinos y las organizaciones que los asisten– no ha hecho otra cosa que apelar la decisión judicial y aplicar parches.
“Es complicado, la luz se corta y no hay un organismo que se encargue. Hay cables por vía aérea cuando tienen que ser subterráneos y problemas en los cruces, en los enjambres y cables que pasan sobre los techos de chapa”, explicó a Página/12 Cristian Heredia, presidente de la Junta Vecinal de la Villa 21-24. “Cuando el día está cálido no pasa nada, pero cuando hace mucho frío empiezan los cortes. Son 64 manzanas y 60 mil habitantes. El suministro no da abasto”, agregó.
En cuanto a los cortes, el dirigente barrial dijo que son varios al día sin soluciones inmediatas y mucho menos estructurales. “Cuando hace frío la luz se corta dos o tres veces al día por manzana. Ahí la cooperativa de luz de la UGIS (Unidad de Gestión e Intervención Urbana del Gobierno de la Ciudad) atiende la emergencia, porque Edesur pone transformadores en las puntas del barrio, pero no se hace cargo de lo que pasa adentro.”
“A fines del mes pasado hubo un incendio en la manzana 8. Una vecina estuvo toda la noche sin luz con un hijo enfermo. Prendió una vela para atenderlo, se quedó dormida y se incendió todo. Esta señora perdió todo y por suerte no hubo ninguna fatalidad. Del programa Buenos Aires Presente (BAP) le dieron un colchón y una frazada, pero nadie se acercó para ayudar a reconstruir la casa”, denunció Heredia.
El tema del riesgo eléctrico en la villa 21-24 viene de larga data. Ya en 2010, los vecinos, la Defensoría General de la Ciudad y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) iniciaron un amparo colectivo para que se ordene al Gobierno de la Ciudad que elabore e implemente un plan integral de prestación del servicio de energía eléctrica.
A pesar del dictado de una medida cautelar, que impuso al GCBA la obligación de efectuar obras para disminuir el riesgo eléctrico, las condiciones del barrio no mejoraron. Lejos de eso, el gobierno porteño apeló la medida judicial. Pero el 26 de septiembre de 2012 la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo ordenó al GCBA “adoptar todas las acciones urgentes que fueran necesarias para eliminar el riesgo eléctrico en todos los aspectos que comprometían de manera directa la vida, la salud y/o la integridad personal de los habitantes de la villa 21-24”.
El tribunal dispuso también que el gobierno porteño debía elaborar un plan de obras referidas a las acciones no urgentes que sean necesarias para disminuir el riesgo eléctrico. Además, reclamó que se diseñe una campaña de difusión dirigida a la población a fin de informar sobre los riesgos existentes y las precauciones a adoptar para su reducción.
Ante esto, el Gobierno de la Ciudad interpuso el recurso de inconstitucionalidad que la Sala II de la misma Cámara declaró ahora inadmisible. De esta forma, al macrismo sólo le queda presentar un recurso de queja ante el Tribunal Superior de Justicia.
Consultada por Página/12, Paula Schuster, del Area de Comunicación de la Secretaria de Hábitat e Inclusión, hizo mención a una resolución de la UGIS que aprueba una licitación para el tendido eléctrico de la manzana 18 de la villa 21-24. Sólo una de las manzanas del barrio. Los dos primeros llamados a licitación se declararon desiertos, informó la vocera.
La situación de precariedad genera accidentes con frecuencia. El 7 de febrero último, el vecino Walter Miguel Navarro sufrió un grave accidente al quedar electrocutado mientras intentaba arreglar parte del cableado del tendido eléctrico de la villa 21-24, subido a un poste en la esquina de Osvaldo Cruz y Luna. “Sentimos un ruido raro y el gemido de alguien, y vimos a Navarro pegado a uno de los cables de alta tensión. Habrá estado dos o tres minutos, mientras los vecinos intentábamos tirar la escalera de aluminio donde estaba parado. Cuando logramos derribarla, vemos que queda colgado del cinturón que lo amarraba al poste”, contó Samuel Chambilla, un vecino del barrio. “Al menos al quedar colgado quedó separado del cable, así que pudimos bajarlo, cortándole el cinturón con un cuchillo y subidos a otra escalera”, añadió.