Prensa23.07.18
ACIJ / PrensaVilla 1-11-14: con un censo de población, empieza el proceso para urbanizarla
23/07/18
La Villa 1-11-14 es la villa más poblada de la ciudad de Buenos Aires y la que tuvo que pasar por un proceso de “pacificación” para que las autoridades pudieran ingresar. Ahora, el gobierno porteño apunta a que antes de fin de año esté listo el primer censo poblacional de la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, y así empezar el proceso de urbanización, que estiman que culminará entre el año que viene y 2020.
La tarea, encargada al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), a cargo de Juan Maquieyra, tendrá como objetivo hacer un relevamiento preciso de cuántas personas viven allí y la composición de cada una de las familias. Una vez terminado se pasará a la segunda etapa: un estudio más complejo sobre los habitantes y el estado edilicio de cada una de las viviendas. El primer paso para realizar el censo fue trabajar con los delegados y las organizaciones que están dentro del barrio, entre ellas, la Iglesia y algunas ONG. En paralelo, se avanzó con un relevamiento de infraestructura de los pasillos para hacer todas las tareas de instalación de servicios públicos. “El censo es una herramienta que permite conocer al otro, ver que está ahí y poder garantizar sus derechos con el proceso de integración”, dijo Maquieyra. De poder concluirse antes de fin de año, según el esquema que manejan, para 2019 se podría terminar de armar el proyecto y enviarlo a la Legislatura porteña para aprobar el financiamiento y la rezonificación. De esa manera, en 2020, podrían empezar con las primeras obras de infraestructura. La primera parte del censo se enfoca en el aspecto cuantitativo, es decir, saber qué cantidad de gente hay en la zona y cómo están compuestas cada una de las familias. Después de obtener esos resultados, se pasa a las inspecciones que realizan, por un lado, un grupo de asistentes sociales junto a sociólogos, y por otro, arquitectos e ingenieros. Ese primer grupo es el encargado de realizar un estudio completo de cada familia: no solo su composición, sino también relevar datos como si los padres se encuentran divorciados, el nivel de escolaridad de los chicos, y aspectos relacionados a la salud, entre otros. El segundo grupo se aboca de lleno al estudio estructural de cada una de las viviendas, lo que se conoce como “análisis de factibilidad”. A partir de ahí, determinan qué cambios se tienen que hacer, cuáles viviendas corren riesgo de derrumbe, cuáles van a tener que ser demolidas para construir las calles, etcétera. Además, explican que algunas construcciones pueden ser derribadas para “esponjamiento”, es decir, la creación de pulmones en la traza del barrio. “Son muy pocas las [viviendas] que tienen riesgo estructural”, advierten desde el gobierno.