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Ven despilfarro en programa de "garrafa social" (Perfil)

Un ejemplo más del déficit y falta de control en los programas sociales que el Gobierno tiene para con los más necesitados, es el acceso de las garrafas sociales a los sectores pobres de la sociedad, según una denuncia efectuada por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).

Entre las falencias más evidentes resaltadas por el informe y que surgen del monitoreo realizado por la ACIJ, se encuentran: la falta de puntos de venta y distribución; la ausencia de controles técnicos que verifiquen la calidad del gas; los bajos estándares de mantenimiento y seguridad de la garrafa, así como la falta total de difusión de los programas.

Para quienes no tienen llegada a la red de gas natural, existen actualmente dos planes sociales que tienen como objetivo que los sectores pobres de la sociedad tengan acceso al gas envasado.

El plan nacional funciona bajo la Secretaría de Energía y estipula la venta, a precio diferenciado, de una garrafa de 10 kilos por parte de las empresas petroleras; en tanto en la Ciudad de Buenos Aires la Legislatura sancionó una ley para subsidiar la compra de garrafas de 10 kilos que ni siquiera ha sido implementada.

Desde septiembre de 2006 la ACIJ monitorea el Programa Garrafa Social y luego de diversos pedidos de informes a la Secretaría de Energía, al ENARGAS, a la Subsecretaría de Gestión del Ministerio de Planificación Federal y a la Defensoría del Pueblo, se pudo confirmar una clara insuficiencia de puntos de venta. Entre los ejemplos consignados en el informe se encuentra Corrientes, donde no hay acceso al gas natural y que sólo cuenta con 21 puntos de venta mientras que en la provincia de Catamarca, que tiene sólo un 25% de su población con acceso al gas, únicamente existen 4 puntos de venta.

La situación es aún más complicada para los sectores que no tienen acceso a la red de gas y que viven en la Ciudad de Buenos Aires. Con 130.000 habitantes que viven en villas de emergencias, la Ciudad sólo tiene un punto de venta, que vendió hasta el momento 15.500 garrafas sociales en el último semestre.

Nunca se controló la actividad ni la calidad de las garrafas comunes, descontrol que se profundiza en las garrafas sociales. En este sentido los vecinos manifiestan que el rendimiento de estas garrafas comunes, comercializadas por las empresas, les rinde 30 días (para cocinar, calefaccionar, bañarse, etc), mientras que la social les rinde sólo 15 días.

En la Ciudad de Buenos Aires los vecinos desconocen la existencia del plan social y no acceden al subsidio, al tiempo que ni el gobierno ni las empresas realizan campañas de difusión masiva entre la población que necesita este recurso fundamental.

Nunca se controló la actividad ni la calidad de las garrafas comunes, descontrol que se profundiza en las garrafas sociales. En este sentido los vecinos manifiestan que el rendimiento de estas garrafas comunes, comercializadas por las empresas, les rinde 30 días (para cocinar, calefaccionar, bañarse, etc), mientras que la social les rinde sólo 15 días.

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