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Gas subsidiado: poco y malo (Infocivica)

La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) denunció en su último informe que las bocas de expendio de la llamada “garrafa social” (gas a precio diferencial) no alcanzan para abastecer a las familias que no cuentan con el servicio de red. Además, resaltaron que no se cumplen con los controles de calidad y seguridad. Y aseguran que no se difunden los programas sociales que tienen como objetivo satisfacer de este servicio a los sectores más pobres.

Según Verónica Tarzia, abogada de ACIJ, hay un único punto de venta de la garrafa social en la Ciudad de Buenos Aires. INFOCIVICA pudo constatar que pertenece a la empresa Extragas, y está ubicado en Flores, en José Martí 1495. “Si bien a nivel nacional son 606 puntos de venta, en Capital hay uno solo”, resalta Tarzia.

A ese lugar va todas las semanas María Elena Pérez, vecina de Villa Soldati. Ella vive junto a sus tres hijos en una casilla y necesita la garrafa para cocinar, bañarse y calentar el ambiente. “Cuando se termina la garrafa -cuenta- tengo que pedirle a algún vecino que me acerque con el auto. No tengo cómo ir y volver de las treinta cuadras que me separan de la fábrica”. Ella se enteró del “Programa Garrafa Social” por otra vecina y así lo fue trasmitiendo de boca en boca porque asegura: “Nadie del Gobierno vino a contarnos que podíamos tener gas más barato”.

Víctor Ramírez y su hermana Susana utilizan la garrafa para el comedor comunitario que abrieron en Barrio Rivadavia, donde le dan la merienda a chicos carenciados. Además de la incomodidad que les produce la distancia, señalan que “la garrafa de diez kilos no dura como tendría que durar”. Por eso se ven obligados a comprar cada seis o siete días. “Sabemos que alguna vez se habló de una ley que otorgaría bonos para que salga mas barata, pero nosotros seguimos pagando $16 por cada una”, señaló Víctor.

Esto también se ve reflejado en el informe que elaboró ACIJ: ”El plan nacional funciona bajo la Secretaría de Energía y estipula la venta a precio diferenciado de una garrafa de diez kilos por parte de las empresas petroleras. En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, la Legislatura sancionó una ley de subsidio que aún no fue implementada”, redactan. Se refieren a la ley 1353 de 2004.

El “Programa Garrafa Social” abarca a todo el país. Pero el informe indica que no sólo en Capital faltan puntos de venta: “En Corrientes no hay acceso al gas natural y esa provincia sólo cuenta con 21 puntos de venta”, revela el informe. Allí también se da a conocer que en Catamarca, donde sólo el 25 por ciento de la población de Catamarca puede acceder al recurso, existen nada más que cuatro puntos de venta.

Héctor De Cillis, gerente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (CEGLA) afirmó que siguen funcionando los 606 puntos de venta de la llamada garrafa social. “Los lugares están en vigencia, pero si no alcanzan, nos comprometemos a tratar el problema para que a nadie le falte gas”, aseguró. Cada empresa dedicada a la venta figura en la página web de CEGLA (www.clega.org.ar).

El gerente destacó que desde 2005, año en que se promulgó la ley 26.020, “el precio de los envases no ha variado y tampoco hubo desabastecimiento”. Y agregó: “Nos vamos a ocupar de que a nadie le falte el servicio por eso vamos a evaluar la posibilidad de incrementar los puntos de venta”.

Desde la Secretaría de Energía, ente encargado de evaluar la calidad del gas, informaron que “el control se hace garrafa a garrafa cuando se fracciona y en el caso de que alguien detecte algún problema, debe denunciarlo inmediatamente a la Secretaría o a cualquier asociación que defienda los derechos del consumidor”. Subrayaron que si existe alguna falla en el envase o en el producto, “es un hecho muy grave y el que compra también tiene la responsabilidad de informar cualquier inconveniente para poder enviar un inspector a la empresa fraccionadora”.

Infocivica