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Faltan vacantes en escuelas del sur de la Ciudad (Crítica)

Por Tamara Smerling

Cuando sólo faltan 18 días para que arranquen las clases, el próximo 3 de marzo, padres de alumnos de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires temen que se repita la odisea que vivieron el año pasado, cuando más de 8000 chicos se quedaron sin un lugar en sus propios barrios.

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad presentó en diciembre un informe en el que alertaba sobre el crecimiento de la matrícula en distritos de zona sur, y la falta de colegios, que obliga, en el mejor de los casos, a reubicar alumnos en establecimientos de la zona norte.

“Mi hijo tiene 4 años y no encontramos vacante, nos dijeron que está en lista de espera y que a partir del 15 de febrero nos iban a avisar en qué escuela queda”, se indigna Graciela González Duarte, que vive en el barrio de Barracas y tiene un hijo, Juan Javier, que en marzo comenzará el jardín de infantes.

La Defensoría recordó que el problema de los alumnos “derivados” no es nuevo para la Ciudad: en 2001, cerca de 4.000 chicos del Bajo Flores, Pompeya y Soldati fueron reubicados en otras escuelas por falta de asientos. Ese mismo año, el Censo Nacional registró que la tasa de natalidad de zona sur se duplicó con relación a zona norte, un indicador que vaticinaba que la falta de vacantes iría en aumento.

El codirector de la Asociación Civil Igualdad y Justicia (ACIJ), Martín Sigal, sostuvo que “históricamente hubo problemas de vacantes en la zona sur; es una región que está relegada, recién a fin de mes sabremos cuántos chicos quedan fuera en 2008 porque hay listas de espera o gente que se baja. Lo que sí se sabe por la proyección histórica es que no se construyeron escuelas nuevas en la zona sur y que la falta de vacantes va en aumento”.

María Luján Castells, que vive en la Villa 31 Bis de Retiro, y tiene dos hijos, Alexis y Cecilia, de 4 y 6 años, todavía no sabe a qué escuela van a concurrir: “Mi hija se quedó sin lugar en el preescolar en 2006. Después me llamaron y me consiguieron, en septiembre, una vacante en Recoleta. Pero ya la nena había perdido el año y tuvo que hacer una permanencia en preescolar. Recién en 2007 pudo ingresar y en 2008 va a arrancar primer grado con un año más”.

El subsecretario de Inclusión Escolar y Coordinación Pedagógica de la Ciudad, Walter Bouzada Martínez, negó diferencias entre norte-sur: “No existe ningún estudio, realizado por el Ministerio, que asocie el crecimiento de la matrícula a variables sociodemográficas. Es cierto que existen más vacantes no ocupadas en escuelas de la zona norte pero la distribución no es homogénea. Muchas escuelas de los barrios lindantes con la provincia tienen más demanda que muchas escuelas de la zona sur”.

“En general te anotan en diciembre y te dicen que no es seguro que quede en esa escuela. Si ese año se anotaron muchos chicos, quedan en ‘lista de espera’ y recién en abril o mayo te avisan si pueden ingresar a alguna escuela. Además, la chica que anotó a mis hijos en la inscripción de diciembre me dijo que tienen prioridad los chicos que viven más cerca pero yo vivo en el fondo de la villa y eso no es justo”, dijo Castells.

Víctor César Cañete, también vive en la zona sur, tiene un hijo de 5 años, que también se llama Víctor, y se quedó sin vacante en diciembre. Ahora está en lista de espera: “Nos llamaron para que fuéramos el 16 de enero, después el 26 de enero y ahora el 19 de febrero para ver las listas con los nombres de los chicos que quedaron pero no estaban”.

La ACIJ dijo que los alumnos al sur de la Avenida Rivadavia demoran entre 40 minutos y dos horas de viaje para llegar a su escuela con un transporte pagado por el Gobierno. Además, denunció que los vehículos no cumplen con los requisitos legales para transportes escolares. Bouzada Martínez admitió que en la última década “no existió una planificación en el área de Educación que contemple el crecimiento demográfico” en Buenos Aires -con el aumento de la matrícula y la creación de escuelas-, aunque “uno de los mecanismos adoptados consistió en trasladar alumnos sin vacantes en los colegios donde se inscribieron al establecimiento más cercano que sí tuviera vacantes, pero ningún trayecto dura más de 40 minutos”.

En 2007, las salas de 4 años -obligatoria desde la aprobación de la Ley de Educación Nacional- registró listas de espera de 1.000 chicos; mientras que 174 tuvieron que esperar para acceder a salas de 5 años. El 71 por ciento de esos chicos sin vacantes vivía en la zona sur de la Ciudad. En el nivel primario, la matrícula llegó a 131.947, de los cuales más de la mitad (el 46,8 por ciento) fue a 235 escuelas ubicadas al norte de Rivadavia. En el sur, el 53,1 por ciento de los alumnos concurrió a 204 escuelas.

Aída Cruz tiene 6 años y es boliviana. Llegó el año pasado, con su madre, Claudia Poma, a la villa 1.11.14 del Bajo Flores, y quiso inscribirla en segundo grado porque la nena cursó el primero en su país: “Yo fui más de cuatro veces cuando estaban anotando y no me quisieron recibir -explicó la mujer-. La directora de la escuela me dijo que no estaban recibiendo a más chicos porque ya no hay vacantes para segundo grado”.

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