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Denuncian incendios por cortes de energía eléctrica en villas porteñas

La Nación Por Fernando J. de Aróstegui

Un amasijo negruzco de maderas calcinadas, plásticos derretidos y retazos de ropa fueron lo único que quedó en la casilla, de ladrillo y techo de chapa, que la familia Ferreyra ocupaba en la villa 21-24, en Barracas. En la noche del martes pasado, mientras dormían, la energía eléctrica volvió de golpe después de un corte de varias horas. Se produjo un cortocircuito y en instantes la casilla ardió. Justo antes de que se desplomara el cieloraso, Pablo y Mabel Ferreyra pudieron salvar a sus tres hijos, de 9, 5 y 4 años.

Los vecinos del asentamiento denuncian que desde hace por lo menos dos meses la energía eléctrica se corta todos los días de 18.30 a 2 o 3, y se quejan de que el gobierno porteño y Edesur se responsabilizan mutuamente, pero ninguno ofrece respuestas. Mientras tanto, en la última semana se registraron nueve casos en la villa como el de la familia Ferreyra , según consignó la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

Sin embargo, lejos de tratarse de un problema exclusivo de la villa 21-24, los cortes de energía, los cortocircuitos y los incendios se producen en muchos otros asentamientos de la ciudad, como la villa 20 (Villa Lugano) y el playón de Chacarita, entre otros, según señaló la Defensoría.

“Los transformadores ya no aguantan más y los cables son muy viejos”, explicó Benigno Gene, vecino de la villa 21-24 y referente de la Junta vecinal. Agregó que reclaman con insistencia ante la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) -organismo estatal que presta asistencia en los asentamientos- y Edesur, pero que ambos “se pasan mutuamente la pelota”.

En la villa 21-24, que ocupa unas 65 hectáreas, viven alrededor de 50.000 personas. Y, como en el resto de gran parte de los asentamientos, las conexiones eléctricas son informales. Además, los vecinos de la villa 21-24 indicaron que el horario de los cortes causa un trastorno extra: “Cortar la luz de noche es un peligro, porque acá se cae una vela y arde todo”, dijo la vecina Elisa Alegre, que vive junto a su marido y sus tres hijos. Además, señaló que por el regreso intempestivo de la energía ya se le quemaron una estufa, un horno eléctrico y la heladera.  

Responsabilidades

Alejandro Beder, jefe de prensa de Edesur, dijo que la empresa está trabajando en ese asentamiento para reparar una cámara transformadora quemada, que quedaría lista en las próximas horas. Sin embargo, aclaró que Edesur no tiene injerencia en el tendido eléctrico dentro de los barrios de emergencia. “La empresa extiende el tendido sólo hasta el borde de esos barrios. El responsable de garantizar el suministro dentro de los asentamientos es el gobierno porteño”, explicó. Y agregó: “No cortamos la energía adrede”. El vocero indicó que el horario de los cortes coincide con el momento de mayor demanda energética: cuando llega la noche y baja la temperatura.

Según señalaron en el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, que los trastornos se deben a “problemas con las cámaras de Edesur”.

Para la Defensoría del Pueblo el problema es “multicausal”: las empresas no producen la potencia necesaria, el Gobierno no invierte lo suficiente en infraestructura y la demanda de energía creció exponencialmente por un aumento demográfico de los asentamientos.

Rosario Fassina de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) afirmó que los cortes se deben a la “falta de urbanización”, y agregó que lejos de tratarse de un problema exclusivo de la villa 21-24, el fenómeno se verifica en varios otros asentamientos. “En el Playón de Chacarita ya se registraron ocho incendios en lo que va del invierno”, dijo. Y señaló que allí viven entre 7000 y 8000 personas y cuentan con un sólo transformador para todo el asentamiento.

Mesa de diálogo

En tanto que en la Villa 20, desde la llegada del frío ocurrieron dos incendios grandes. Eric Campuzano, vecino y referente de la Junta vecinal, reconoce un “abuso” en la demanda energética por parte de los habitantes porque como no hay controles se consume indiscriminadamente. Agregó que en los últimos tiempos en la villa 20 se instalaron varios talleres clandestinos, que también consumen mucho. En el asentamiento viven unas 40.000 personas y cuentan con ocho transformadores, según Campuzano.

La Defensoría coordina una “mesa de riesgo eléctrico”, que incluye a las empresas prestadoras, al gobierno y a referentes de las villas porteñas, para diseñar un plan estratégico. En ese ámbito, “funcionarios de Edesur admitieron que existen cortes programados para que las cámaras no se saturen y exploten”, dijo Federico Berardi, director de Villas de esa institución. Según explicó, el gobierno porteño paga el costo de la energía eléctrica consumida en los asentamientos de la ciudad: en 2015, el gasto fue de $ 28 millones; en tanto que para este año está previsto que sea de $ 147 millones. Agregó que las cuadrillas de Edesur sólo ingresan en los barrios de emergencia hasta las 18 porque los consideran inseguros.

Los barrios afectados

50.000 habitantes Viven en la villa 21-24, que ocupa 65 hectáreas en Barracas. 40.000 Personas Es la población de la villa 20, en Villa Lugano, ubicada sobre la avenida Fernández de la Cruz 8000 Vecinos   Tiene el Playón de Chacarita, comprendido por las calles Céspedes, Fraga, Teodoro García y las vías del ex ferrocarril Urquiza