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Recaudan para un ente que no existe (La Nación)

Todos los meses, los usuarios de AySA deben pagar, con sus facturas, un porcentaje para financiar al Etoss, que no funciona


* El organismo fue reemplazado por el Ente Regulador de Aguas y Saneamiento tras la estatización de Aguas Argentinas

* Sin embargo, ninguno de los dos opera en la actualidad
Ya pasó un año desde que el Gobierno rescindió el contrato de Aguas Argentinas y, desde entonces, la estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) presta servicios sin ningún tipo de control, ya que no existe ningún ente para vigilarla. Lo concreto es que todos los meses los usuarios de AySA deben pagar, con sus facturas, un porcentaje que se destina a financiar al Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (Etoss), cuya única función era controlar a Aguas Argentinas.

La recaudación mensual, que teóricamente debería destinarse a financiar el ente de control, supera el millón de pesos.

En marzo de 2006, el Estado rescindió la concesión que hasta ese momento explotaba Aguas Argentinas para prestar servicios de cloacas y agua corriente en la Capital Federal y 17 distritos del conurbano bonaerense. Desde entonces, el Etoss se quedó sin empresa a la cual controlar. “Durante todo el año pasado no hubo demasiadas tareas. Además, el Etoss no tenía funciones para poder multar a AySA”, dijo una fuente relacionada con el órgano de control.

Pese a que el Etoss no tenía ningún tipo de facultades para controlar a AySA, la empresa estatal siguió cobrando en cada factura del servicio un 2,16% destinado a financiar al ente. Por ese concepto, la compañía habría recaudado aproximadamente 14 millones de pesos en 2006. “Nosotros seguimos cobrando el dinero todos los meses y girándolo al ente”, dijo una fuente de AySA. “Además -prosiguió-, le seguimos mandando la misma información que antes Aguas Argentinas enviaba al Etoss.”

“Pero más allá de la información, ¿el ente no podía multar a la empresa por algún incumplimiento?”, preguntó LA NACION. “Es verdad, pero nosotros igual enviábamos la información y el dinero recaudado”, contestó la fuente.

Sin un marco regulatorio que le dé funciones, el Etoss siguió funcionando y AySA también, aun sin control. Pero la situación se agravó desde el 10 de marzo pasado, cuando se formalizó el marco regulatorio para la empresa estatal. Allí nació el Ente Regulador de Aguas y Saneamiento (ERAS), como sucesor del Etoss. Pero hoy no existe ni uno ni otro. El primero ni siquiera fue formado, ni fueron nombrados sus funcionarios, ni fue regulado su funcionamiento. El segundo formalmente dejó de existir.

“El Etoss murió a principios de marzo”, dijo una fuente que trabajó allí hasta hace un mes. LA NACION llamó por teléfono al ente y ya no hay rastros del Etoss, pero tampoco de quien debería sucederlo. “Usted se ha comunicado con la autoridad para el control de agua”, relata una voz, que bautiza a un presunto nuevo ente de control.

“Los empleados que trabajan en el Etoss estamos esperando que los confirmen en el ERAS. Les dijeron que iban a mantener su trabajo”, dijo otra fuente que también espera.

Casa sin dueño

Por estos días, la sede del Etoss sigue abierta. LA NACION pasó por sus oficinas la semana pasada. “¿Acá es el Etoss?”, preguntó este cronista. “Acá es el órgano de control de aguas”, respondió un empleado. “Pero ¿es el ERAS o el Etoss?”, volvió a requerir. “Por ahora, ninguno de los dos”, finalizó el empleado.

Durante marzo, como desde hace un año, de las facturas de servicios se volvió a debitar el porcentaje para el ente. Sólo que este mes no hay ninguno en funciones. “Suponemos que el dinero irá a parar al nuevo ente de control”, dijo una fuente ligada a lo que fue el Etoss.

Aun sin funcionar, el ERAS ya ha sido blanco de críticas. Más allá del cambio de nombre, el nuevo organismo tendrá menos funciones que el anterior; no tendrá participación de los usuarios y será bastante más dependiente del Ministerio de Planificación Federal.

Según el informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el organismo tiene algunas fallas estructurales que afectarán su independencia respecto de la empresa controlada. “El ERAS se crea en el ámbito del Ministerio de Planificación Federal. Sin embargo, el marco regulatorio dispone que tendrá autarquía, aunque no especifica en qué consistirá este estatus”, dice el referido trabajo. De todos modos, quien elige a los directores del ERAS es el Poder Ejecutivo, por recomendación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires, es decir, “las mismas personas jurídicas que tienen participación accionaria en la concesionaria”, sostienen los investigadores de la ACIJ. Del estudio surge, además, que la regulación “no previó mecanismos de designación por concurso, que posibilitarían algún grado de transparencia y participación ciudadana en el proceso”.

El financiamiento previsto provendrá de un porcentaje por fijarse sobre la facturación de AySA. Este tipo de financiamiento también es cuestionado, porque no genera incentivos para que el ente pugne por bajar las tarifas.

Por Diego Cabot
De la Redacción de LA NACION

La Nación