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Las mujeres ocupan solo un tercio de los cargos judiciales en todo el país

Los tribunales federales son prácticamente indemnes a las luchas por la igualdad de género que invadió la agenda pública en los últimos años. El 67% de los magistrados nombrados en las últimas dos décadas son hombres, una tendencia que, en lugar de mejorar, se mantuvo durante los últimos tres años, cuando la paridad de género benefició el ingreso de mujeres a cargos públicos en otros ámbitos. Es decir, hay solo un tercio de mujeres.

El nombramiento de jueces, fiscales, defensores y secretarios letrados hombres fue del 65% desde 2016 hasta la actualidad, según el trabajo realizado por LN Data entre 1200 registros del portal de datos abiertos del Ministerio de Justicia de la Nación.

El fuero más desigual es la Justicia Penal: el 80% de los jueces penales designados desde el año 2000 hasta la actualidad son hombres. En los últimos tres años, la diferencia se redujo, aunque se mantiene la brecha, con el 72% de los jueces penales hombres. La distancia entre hombres y mujeres aumenta a medida que sube la escala jerárquica.

La situación se replica en los principales tribunales penales del país. Solo una mujer integra la Corte Suprema y solo una mujer ocupó la Procuración General desde la vuelta de la democracia. Solo uno de los 12 juzgados de Comodoro Py está a cargo de una mujer (nombrada en los 70) y son clara minoría en las instancias revisoras. Solo uno de cada cuatro cargos penales (jueces, fiscales, defensores y secretarios) es ocupado por una mujer.

“A pesar de todo el movimiento que hubo en estos últimos años, la situación no se modificó en la Justicia. Los nombramientos siguen siendo mayormente para hombres”, sostuvo Susana Medina, titular de la Asociación de Mujeres Juezas de la Argentina (AMJA). Aunque aclaró que cree que los últimos años han ayudado a generar “una mayor conciencia”.

“No es porque no se hayan presentado mujeres en los concursos, pero a la hora de la designación eligen a los hombres. Muchas veces hay mujeres que salen en primer lugar del orden de mérito, pero después las dejan fuera de las ternas y eligen hombres sin mayores méritos profesionales”, sostuvo. Y detalló que mantuvo reuniones con el Ministerio de Justicia para exigir paridad de género en los nombramientos.

Las designaciones de jueces se realizan, en la mayoría de los casos, por concurso. Primero se rinden exámenes (con entrevista incluida), después el Consejo de la Magistratura elige una terna entre los mejores promedios y la eleva al Poder Ejecutivo, que, finalmente, elige un candidato para elevar su pliego al Senado.

Las discusiones de género todavía son tabúes en algunos sectores con poder dentro de la Justicia. Al menos tres referentes de los distintos estamentos consultados por LA NACION para esta nota prefirieron no hacer comentarios por “no estar de acuerdo” con el tema que aborda.

La desigualdad de género en la Justicia Federal se repite también en otros fueros, como el contencioso administrativo: el 73% de los magistrados (jueces, fiscales y defensores) nombrados en las últimas dos décadas son hombres.

La brecha se ensancha si el análisis se centra en los jueces: mientras más sube la escala jerárquica, menos mujeres aparecen. En los juzgados federales de primera instancia, los hombres ocupan el 52% de las designaciones, mientras que los camaristas hombres llegan al 65% y, por último, ocupan el 80% en los tribunales orales.