ACIJ / Prensa

La estructura de control de los trenes está “desintegrada”

A partir del informe realizado por ACIJ sobre la deficiencia en el control ferroviario, el diario La Nación publicó una nota en el que describe la problemática de la CNRT.

Dentro del desaguisado mundo ferroviario hay un actor vital al que no se le piden demasiadas explicaciones, pese a su innegable responsabilidad: la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Este organismo debe controlar la calidad de las prestaciones de todos los sistemas de transporte, sean de pasajeros o de carga, con la sola excepción de los aviones.

Un crudo y lapidario informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), una ONG que estudia los entes de control, sostiene que “desde hace más de 10 años la estructura institucional de la CNRT permanece desintegrada. Ha sido intervenida y lleva todo ese tiempo sin contar con un directorio en funciones. El interventor es designado unilateralmente por el presidente y sin ningún procedimiento de selección previa”.

La performance de la CNRT es paupérrima. Fue intervenida en 2001, durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Se justificó ello en que “se habían detectado falencias en la gestión del ente que requerían una profunda reestructuración para orientar su gestión a resultados y alcanzar mejores estándares de calidad en los servicios públicos de transporte”. Tras una década, la CNRT sigue en deuda con los usuarios y con el servicio. “Luego de una década de intervención, no se ha elaborado ni implementado ningún plan de reestructuración del organismo, tarea para la cual fue dispuesta la intervención, ni se ha dado inicio a ningún acto tendiente a regularizar la situación institucional del ente de control”, dice el informe de la ACIJ.

Con una la ley nacional de trenes sancionada en 1891, la CNRT debería ser el órgano de control de los servicios y el mostrador de los usuarios a la hora de hacer valer sus derechos. “La decadencia institucional de la CNRT y su falta de interés en proteger los derechos de los usuarios se ilustran significativamente en el hecho de que es el único órgano de control de servicios públicos nacionales que no ha creado una comisión de usuarios que organice su participación y promueva la interacción con las asociaciones que defienden sus derechos”, insistió la ACIJ.

Existe un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), presentado al entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime. En el documento, el órgano de control dice que los controles que efectúa la CNRT sobre el mantenimiento del material rodante “no se condicen con las metas físicas que se han propuesto alcanzar [en la II Carta de Compromiso con el Ciudadano]”. Además, agrega que “la CNRT no garantiza la adecuada seguridad operativa al no verificar, en todos los casos, las medidas adoptadas por TBA para subsanar las deficiencias observadas ni tampoco efectúa un seguimiento sobre su evolución”.

Por otra parte, la AGN comprobó que la CNRT no ha sancionado al concesionario por las irregularidades detectadas durante el período auditado, en referencia a señalamiento, infraestructura y material rodante.

¿Cuáles son las funciones que tiene la CNRT? En relación particular con los servicios ferroviarios, la CNRT tiene las siguientes funciones específicas y exclusivas que le instruye el Estado nacional: controlar la cantidad y calidad de la oferta de servicios; fiscalizar la ejecución de los programas de mantenimiento de estaciones y coches; controlar el cumplimiento del programa de inversiones acordado en los contratos de concesión, y vigilar el cumplimiento de las normas de seguridad ferroviaria.

Nadie sabe a ciencia cierta qué podría haber ocurrido en la estación de Once si la CNRT fuera un órgano eficiente.

Pero la CNRT arrastra más sospechas que verdades y los hombres que la conducen permanecen callados. Eduardo Cícaro, ex ministro de Infraestructura bonaerense nacido en Luján, es el interventor del organismo. Y en esta Argentina de las cosas al revés, en las últimas horas ha sido nombrado como posible reemplazo del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, en caso de que la presidenta Cristina Kirchner decida cambiarlo.

Sicaro permaneció en silencio en estos días. No hubo informe alguno de la CNRT respecto del caso de la tragedia de Once y no se conoció declaración alguna de Sicaro.

Por Diego Cabot

La Nación