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Entrarán por primera vez 500 censistas a la villa 31 (La Nación)

Ya está todo listo para realizar el primer censo de población, vivienda, nivel cultural y ocupacional, y acceso a servicios en las villas 31 y 31 bis, en Retiro.

El operativo, que se realizará dentro de los próximos 20 días, demandará entre 48 y 72 horas y estará a cargo de 500 censistas que recorrerán los asentamientos provistos de planillas con una treintena de preguntas, confirmaron a La Nacion altas fuentes del gobierno porteño.

Según la última información oficial, la villa más antigua de la Capital tiene unos 30.000 habitantes, pero las estimaciones de los vecinos elevan esa cifra a 70.000. El censo no sólo dará la certeza del número, sino que establecerá, entre otros puntos, la antigüedad de residencia, el origen de los habitantes y si son beneficiarios o no de planes sociales.

Una vez cargados los datos, proceso que demorará unos tres meses, según estimaciones oficiales, funcionarios porteños comenzarán a trabajar dentro de la mesa de diálogo ?conformada en su momento con los delegados de la villa? en un plan de urbanización.

Aunque en el gobierno porteño aún se niegan a hablar de relocalización, reconocen que será necesario que varias familias se muden para poder trazar calles y transformar lo que se pueda en un barrio.

Otro trabajo que se encarará una vez que se obtengan los números definitivos serán estudios de impacto ambiental en la zona para poder determinar qué lugares son habitables y cuáles no. Para esa tarea se convocará a especialistas que trabajarán en conjunto con funcionarios y vecinos, según se informó.

El extenso cuestionario comienza con un detalle informativo de la vivienda que será censada. Luego, los censistas preguntarán: ¿cuántas personas viven habitualmente aquí?; ¿Cuál es el material predominante de los pisos?; ¿Tiene cuarto de baño?; ¿Es beneficiario actual de programas sociales?; ¿En qué lugar trabaja habitualmente?, entre otras cosas.

Las preguntas fueron diseñadas en conjunto por los ministerios de Hacienda, Ambiente y Espacio Público y Desarrollo Social. Durante este mes se realizó la capacitación de los 500 censistas que trabajarán en el campo durante tres días. Según pudo saber LA NACION, ya se realizó una prueba piloto en una manzana de la villa para poder organizar la mecánica de trabajo.

Si bien no está establecido que los censados sean los únicos beneficiarios del plan que el gobierno porteño ponga en marcha en ese asentamiento, en las reuniones con los delegados se les aclara que un plan de urbanización necesita un corte de población, es decir un tope. “No se puede urbanizar y que la villa siga creciendo indiscriminadamente”, indicaron en el gobierno.

Controles
Sobre este punto, en las dependencias oficiales aseguran que ese crecimiento desmedido que sufrió la villa en las últimas décadas se frenó gracias a los nuevos controles que comenzaron hace unos dos meses.

Cabe recordar que los controles empezaron después de que la Justicia ordenara a la Policía Federal asistir a los agentes estatales porteños para evitar que se siga construyendo en altura, lo que provoca un peligro inminente para los habitantes.

La medida judicial llegó después de que LA NACION anticipara el resultado de un relevamiento encargado por el gobierno porteño a un arquitecto que determinó que hay unas 60 casas en peligro de derrumbe.

Desde ese momento el gobierno de Mauricio Macri empezó a tener presencia dentro de la villa. Según algunos funcionarios, los controles para frenar el ingreso de materiales funcionan porque son los propios vecinos los que avisan a los agentes.

El gobierno local también comenzó a encarar obras de conexión de agua corriente para los habitantes de la villa 31 bis. La semana pasada se adjudicó una de esas tareas, que comenzará de modo inminente.

Los 33 delegados de la villa y los funcionarios se reúnen cada tres semanas. En esa mesa se discuten los distintos proyectos y las necesidades de los vecinos.

Desencuentros
Sin embargo, aún hay desencuentros. El lunes pasado, por caso, un par de delegados volvieron a cortar l a Autopista Illia en reclamo de una supuesta promesa oficial. Otros representantes de los habitantes del asentamiento, en tanto, denunciaron que se trataba de una maniobra política.

Amalia es una de las delegadas de la villa 31. “El censo está bien, pero nos reunimos mañana (por hoy) por ese tema. Todavía no puedo adelantar la opinión de los vecinos”, dijo a LA NACION.

La mujer trabaja con la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia junto a Luciana Bercovich, quien coordina el área de villas de esa entidad.

“La inquietud que plantean los vecinos es que no se conoce el formulario, no se saben cuáles son las preguntas ni cuál es el objetivo que persigue. Se sabe que va a ser pronto, pero no se hizo ninguna campaña de difusión respecto del censo.

“En todo censo se tienen que hacer campañas”, dijo Bercovich y agregó: “En cada una de las reuniones de la mesa de diálogo no hay ningún compromiso formal del gobierno. No se sabe cuál es el plan y, dentro de todo ese contexto, está el censo. Hay rumores de que va a ser dentro de poco. Pero no se tienen más datos”.

Por Laura Rocha

La Nación