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El postulante para juez federal sospechado rechazó las objeciones

Ante la presunción de que hizo trampa, Rodríguez negó haber pedido antes el examen que rindió ante el Consejo de la Magistratura

El candidato a juez federal Luis Rodríguez, sospechado de haber hecho trampa en el examen ante el Consejo de la Magistratura, defendió ayer en el Senado su postulación, respondió preguntas y discutió las impugnaciones en su contra.

“Yo nunca pedí personalmente el caso”, declaró, en respuesta a la sospecha de que había tenido de antemano el caso de la prueba. Según se denunció ante el Consejo, doce días antes del examen, desde su juzgado llamaron a otro para pedir copia de un fallo que resultó ser muy parecido al que finalmente se tomó (que era, en teoría, desconocido para los concursantes). Cuando la nacion dio a conocer este hecho, Rodríguez negó haberlo pedido o haber solicitado a gente de su juzgado que lo hiciera por él, pero luego una funcionaria declaró ante el Consejo de la Magistratura lo contrario.

No obstante, la investigación del Consejo se cerró, igual que una causa que instruyó la jueza María Servini de Cubría. “Todo esto es una falsedad que se cayó por sí misma. La doctora Servini dictó mi sobreseimiento”, alegó. La oposición advirtió que el hecho de que no hubiera existido una condena penal no es motivo para desconocer las sospechas y nombrarlo en el poderoso fuero que investiga al poder.

Rodríguez insistió en que él no había pedido “especialmente” ni “personalmente” el caso. Los senadores no le preguntaron si lo había hecho a través de otra persona. También sostuvo que ambos casos eran diferentes, pese a que los dos eran sobre un robo de monedas antiguas en el museo del Banco Nación, porque en el examen debieron resolver varias cuestiones no incluidas en el fallo real. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, en cambio, advirtió en su impugnación cinco coincidencias. “Yo no creo que sean tales”, afirmó el candidato, quien dijo que no recordaba si había leído o no el fallo real antes de rendir el examen.

Gracias al resultado del examen, Rodríguez, que había quedado 25° en antecedentes, subió hasta el quinto puesto en el concurso, advirtieron quienes lo impugnaron. Eso le permitió ser uno de los elegidos por la Presidenta.

El candidato también respondió otras impugnaciones del CELS, el gremio judicial y otras entidades. Negó que hubiera nombrado a su sobrino de forma irregular (dijo que no lo nombró él) y que no colecciona objetos nazis, sino “vinculados al imperio británico”. Rechazó, además, haber tenido “escaso interés” por investigar sobornos en la causa de la muerte de Mariano Ferreyra y haber favorecido a los acusados.

También negó la acusación de Horacio Verbitsky, que lo ligó con grupos que “realizan una política judicial paralela” desde la SIDE. Consultado por el senador Ernesto Sanz (UCR), dijo no conocer a nadie de la SIDE y no tener relación con el poder político. Sí, con Javier Fernández, hombre muy influyente del kirchnerismo en la Justicia. “Es amigo desde hace 20 años y padrino de mi hija”, dijo. Con audiencias más breves, también pasaron por el Senado los otros tres candidatos a jueces federales porteños: Marcelo Martínez de Giorgi, Sebastián Ramos y Sebastián Casanello.

La Nación