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Crecen los asentamientos precarios en la Ciudad

Falta de políticas públicas suficientes para el acceso a la vivienda, una de las principales causas del problema habitacional.

La postal de la Avenida San Juan al 600 se repite en varios lugares de la Ciudad de Buenos Aires: lo que era una plaza, se convirtió en un asentamiento donde viven varias familias.

Algunos techos de chapas, otros de cartón, y gente que duerme a la intemperie. Un lugar donde no se tiene acceso a derechos y servicios públicos básicos -como luz, gas, agua, cloacas-, donde no hay seguridad en la tenencia, como propietario, del espacio. Un asentamiento precario.

El Censo de 2010, registró que en la Ciudad de Buenos habitan 2.891.082 personas y, según la Asociación por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), cerca de 500 mil habitantes se encuentran en situación de emergencia habitacional.

Es decir, que en la Ciudad a la población -sobre todo de bajos recursos- le cuesta cada vez acceder a un techo propio. “Notamos que en los últimos años se ha dado un enorme crecimiento poblacional en los asentamientos y villas existentes, como así también se conformaron nuevos asentamientos”, asegura Luciana Bercovich, co directora de ACIJ.

Y agrega: “Sólo viendo los datos censales de cómo crecieron las villas en los últimos años, la población de la Ciudad se mantiene estable y la de ese tipo de asentamientos se duplicó”.

¿Por qué se da este fenómeno? Desde ACIJ aseguran que “no hay políticas publicas suficientes para el acceso a la vivienda de los sectores bajos y medios bajos en la Ciudad”.

“Cada vez son más las personas que encuentran, como única forma de vivir en la Ciudad, hacerlo en la informalidad, sobre todo por las exigencias formales a la hora de acceder a un alquiler, no sólo en el aspecto económico. Hay personas que tienen la posibilidad de alquilar en el mercado formal, pero no cuentan con el requisito de una garantía, entre otros”, sentencian desde la asociación.

En materia presupuestaria, según la entidad, el presupuesto de la Ciudad en política habitacional año a año va disminuyendo. “Las políticas que se destinan hacia las villas son de emergencia, si se rompe un cable se arregla, falta agua se lleva un camión cisterna, pero no hay estructurales, de inclusión”, sostiene Bercovich.

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Fuente: ACIJ – Ver informe.

Otro dato alarmante es el aumento de la cantidad de gente que alquila una habitación en las villas. “Es el último eslabón de la cadena y el que tiene todos los niveles de inseguridad posible, porque puede ser desalojado en cualquier momento, no tiene ningún tipo de garantía, y como hay tanta demanda, los precios son altísimos. O van a alquilar en una villa, o son personas que viven en la calle, o en otros casos se van de la Ciudad, y buscan una solución en el tercer o cuarto cordón del conurbano”, explican desde ACIJ.

La co directora de ACIJ apunta tres posibles temas a tener en cuenta -sostenidos siempre en políticas que deberían desarrollarse en forma conjunta, teniendo por objetivo la inclusión de las personas que viven en la Ciudad- para intentar dar una solución al problema habitacional:

-Regulación del mercado inmobiliario. Teniendo en cuenta a las personas que viven en la Ciudad y no la especulación inmobiliaria, entonces regular así los alquileres.

-Regulación de la construcción de viviendas. Para que el tipo de viviendas que se edifiquen sean de bajo costo, que puedan acceder personas de clase media y baja y no viviendas lujosas, que después terminan sin habitarse.

-Urbanización de villas. La Ciudad cuenta con seis leyes de urbanización, dictadas en los últimos 15 años y todas se encuentran incumplidas.

Las autoridades políticas, policiales y judiciales deberían intervenir en los asentamientos precarios ahora que están habitados por pocas familias. Si se deja pasar el tiempo, como ocurrió con el conflicto desatado en barrio Papa Francisco, el desalojo podría llevar a una situación de violencia incontrolable.

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