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Aulas durlock en Buenos Aires

Por Eduardo Anguita.

El viernes por la mañana, los maestros y padres del Instituto Bernasconi, acompañados por Eduardo López de UTE Ctera, así como otros dirigentes gremiales y legisladores de distintos bloques, entre ellos Gabriela Alegre, Virginia González Gass y Marcelo Ramal, realizaron un abrazo a esa institución. El motivo: la construcción de cuatro aulas de durlock con las que las autoridades del Gobierno de la Ciudad quieren enmendar lo que llaman “error informático” y que dejó fuera de la matrícula a entre 7.000 y 9.000 alumnos y otros 4.000 están en lista de espera.

Según informaron las autoridades educativas de la Ciudad a la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) el viernes pasado, los listados definitivos estarán disponibles mañana lunes. Tampoco les informaron cuántas son de las aulas de durlock ni si son “soluciones provisorias o permanentes”.

El Bernasconi es un edificio magnífico, ubicado en Parque Patricios, y alberga a una decena de colegios de educación inicial y primaria de jornada simple y completa. En total estudian 4.500 pibes. El conflicto obedece a que las autoridades realizaron la inscripción y cubrieron las vacantes sin reparar en que 84 niños que tenían prioridad reglamentaria quedaban afuera. En vez de reasignar a los inscriptos en otros colegios que sí tenían cupo, decidieron resolver el problema con aulas de durlock. En concreto, se trata de 44 chicos que ingresan a primer grado y 40 de ciclo inicial –de tres años– que son hermanos de alumnos regulares. Este cronista dialogó con Guillermo Musi, presidente de la Cooperadora y ex alumno del Bernasconi, quien fue en enero a hacer un trámite al edificio y allí se enteró de este problema.

La coordinadora general del Bernasconi, María Teresa Elola de Las Heras, no había convocado ni a los padres ni a la cooperadora pese a que está en el Bernasconi desde 2009 y tuvo, al menos con Musi, un trato normal y frecuente. Elola fue puesta por las autoridades del gobierno de Macri y no ocupa un cargo concursado, por lo cual tanto desde los gremios docentes como desde la cooperadora señalan que cumple las instrucciones del Ministerio de Educación de la Ciudad.

En el tercer piso del Bernasconi, en un pasillo que vincula las escuelas 1 y 2, construyeron dos aulas. Como techo aprovechan el existente, de la galería, mientras que las paredes son de durlock. En la planta baja, en lo que hasta ahora era el salón de usos múltiples de sala de tres, colocaron otras dos aulas. En este caso, impidiendo la salida del plan de evacuación y en un lugar donde, al menos hasta esta construcción, estaba un matafuegos.

Hasta el momento, la coordinadora no informó cuál será el destino de estas cuatro aulas. Pero el día jueves, sabiendo que se hacía el abrazo al Bernasconi, advirtió a los directores de los colegios que los docentes no debían concurrir. El viernes, muchos de ellos estaban en las ventanas o se acercaron a la entrada de Cátulo Castillo sin poder salir porque el portón estaba cerrado con candado. Es decir, ningún diálogo. Pese a que las irregularidades no son pocas. Por caso, el Bernasconi es edificio histórico (decreto del PEN 756/09) y, sin embargo, para estas construcciones no solicitaron autorización a la Comisión Nacional de Museos Históricos, como corresponde por ley y como se hizo cada vez que se hicieron refacciones o arreglos. Jaime Sorín, quien preside la Comisión de Museos, presentó una nota a la Dirección de Infraestructura del Ministerio de Educación porteño en la que solicitó explicaciones pero, hasta el momento, no recibió respuesta.

A su vez, el jueves pasado, la jueza Elena Liberatori dictó una medida cautelar que suspende la instalación de aulas de durlock en los pasillos del Bernasconi. El fallo respondió a una presentación de la diputada socialista de la Ciudad Virginia González Gass

La voz oficial. Consultada la viceministra de Educación porteña, Ana Ravaglia, dijo que hablaron con la jueza Liberatori, quien concurrirá al Bernasconi el lunes o martes y que aguardarán su fallo. Respecto de la falta de diálogo con los padres y la cooperadora, sostuvo que las autoridades del Bernasconi siempre tuvieron una política de puertas abiertas pero que “será cuestión de hablar”.

En relación con los miles de niños que quedaron sin inscripción confirmó que sus padres recibieron una certificación acerca de que no tendrán espacio en el ciclo 2014. Sin embargo, dijo que la gran mayoría son casos de jardines maternales, niños entre 45 días y tres años de edad. Ravaglia, que ejerció la docencia como maestra jardinera, dijo que cuando asumió como directora de nivel inicial en diciembre de 2007, había 8.400 casos en lista de espera. “En los años sucesivos –dijo–, en la Ciudad se dio cobertura total a chicos de cinco años, luego de cuatro años y se avanzó en un 90% a chicos de tres años”. La viceministra argumentó, al igual que el ministro Esteban Bullrich, que junto a esos avances creció mucho la matrícula y no ignora que miles de madres o padres no podrán enviar a sus niños a un establecimiento educativo, con las dificultades pedagógicas más las incomodidades de no poder dejar a los hijos a resguardo cuando vayan a trabajar. Recordó que el primer jardín maternal de la Ciudad dependiente de la cartera educativa data de 1987 y que no hay recursos suficientes. Dijo que el faltante de matrícula era aún mayor y que lo redujeron dándoles lugar en escuelas que no eran las que habían elegido los padres, alquilando locales y haciendo convenios con clubes, como el caso de DAOM en Flores sur.

Este cronista habló con Gustavo Grasso, jefe de Gabinete de Mario Oporto en la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires, quien recordó que en años anteriores, durante la gestión de Graciela Giannettasio, cuando hubo falta de vacantes para chicos de nivel primario, se contrataban vacantes en la educación privada, con recursos públicos. Consideró que, dada la cantidad de fondos públicos que destina la administración de Macri a la educación privada, bien podrían volcarse por una salida de ese tipo en vez de no dar solución. Grasso reconoció que en la provincia de Buenos Aires hay escasos jardines maternales, pero hizo hincapié en que en territorio bonaerense no es obligatoria la oferta educativa antes de los tres años. “En cambio –enfatizó–, en la Ciudad sí lo es.”

Dura Lex. El tema clave es precisamente ése. La Ley de Educación Nacional (26.206), en su artículo 18, dice: “La Educación Inicial constituye una unidad pedagógica y comprende a los/as niños/as desde los 45 días hasta los cinco años de edad inclusive, siendo obligatorio el último año”. Es decir, en todo el territorio nacional, la educación pública es obligatoria desde los cinco años. La Constitución porteña, en su artículo 24 establece: “La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los 45 días de vida hasta el nivel superior, con carácter obligatorio desde el preescolar hasta completar diez años de escolaridad, o el período mayor que la legislación determine”. Es decir, ante la demanda de vacantes, el gobierno porteño está obligado a dar soluciones y no alcanza con dar una papeleta que indique: su hijo no tiene vacante. Al respecto, conviene recordar que el problema no es nuevo: ACIJ realizó un juicio contra el Gobierno de la Ciudad en 2006 –un año antes de la asunción de Macri como jefe de Gobierno– precisamente por falta de vacantes. El argumento central fue el artículo 24 de la Constitución porteña. La Justicia falló en primera instancia en agosto de 2007 a favor de ACIJ. El gobierno de Macri apeló. En segunda instancia se confirmó el fallo a favor de ACIJ. El gobierno de Macri apeló. El Tribunal Superior de la Ciudad, en febrero de 201, convocó a ambas partes e impuso al Gobierno a realizar 24 obras para albergar la demanda de vacantes. Aún quedan pendientes 10 de esas obras. Además, le impuso realizar obras adicionales para “una resolución definitiva” de esa problemática. El Gobierno de la Ciudad no hizo ese plan y así están las cosas: miles de chicos “sin lugar”. Para completar este cuadro, conviene tener presente la subejecución del presupuesto de infraestructura escolar de la Ciudad: en 2010, 51%; en 2011, 23,5%; en 2012, 20,1%.

Macri, el pasado viernes por la mañana, agregó a esta subejecución presupuestaria el envío de la Metropolitana a reprimir a los padres y docentes de la Escuela Infantil 5, ubicada en Varela 2751, que se manifestaron contra la instalación de las aulas container. La semana próxima la Legislatura tendrá una sesión especial para tratar estos temas. Cuando los gobiernos no dan soluciones, los vulnerados buscan los caminos para encontrarlas.

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